EFE/EPA/Ian Langsdon

Kylian Mbappé fue con diferencia el mejor del París Saint-Germain (PSG) y llevó al éxtasis al Parque de los Príncipes con su gol en el minuto 94

Kylian Mbappé destronó a Leo Messi en el corazón de los aficionados parisinos, en el partido de Liga de Campeones contra el Real Madrid en el que el francés marcó el tanto decisivo en el descuento tras protagonizar la mayoría de las acciones de peligro de su equipo.

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El joven francés, de 23 años, fue con diferencia el mejor del París Saint-Germain y llevó al éxtasis al Parque de los Príncipes con su gol en el minuto 94, mientras que el argentino, de 34 años, falló un penalti y tuvo una actuación mucho más apagada.
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La ruidosa afición parisina premió con cánticos y ovaciones las arrancadas y remates de Kylian, el chaval local de la cercana Bondy, que desplegó un exhuberante poderío físico.
Mbappé, que llegó a este encuentro como máximo goleador de su equipo, cumplió el pronóstico: Un auténtico puñal por el flanco izquierdo del ataque parisino, puso continuamente en problemas a su marcador, Dani Carvajal.
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La estrella francesa metió miedo ya desde el minuto 5, cuando hizo un doble regate a Carvajal para dar un pase de la muerte a Di María que, solo en el área, remató alto con todo a favor para marcar.

Posteriormente, protagonizó varias penetraciones más, aunque sin generar ocasiones tan claras.

Mbappé volvió a crear mucho peligro en el 16 cuando, engatillando ya un remate en el área, Carvajal le rebaño limpiamente el balón.

Mientras tanto, Messi lució mucho menos. Bajó el centro del campo, incluso a veces como interior izquierdo, en busca de espacios para intentar generar juego.

Y aunque participó en algunas jugadas, el último Balón de Oro no generó peligro digno de tal nombre en el primer acto, dentro de la tónica en general gris que está dominando su primera temporada en el PSG.

La segunda parte comenzó igual. A los cinco minutos, Mbappé recibió un pase filtrado dentro del área y remató franco muy colocado, pero Courtois evitó el gol con una sensacional intervención.

Fueron de nuevo minutos de intenso dominio parisino, con Kylian luciendo potencia y movilidad entre el delirio y el bullicio de los ultras parisinos, que creían que el gol se acercaba.

Y llegó una de las jugadas clave del partido: Una penetración de Mbappé fue cortada en falta dentro del área por Carvajal y el árbitro Orsato no dudó en señalar penalti.

Era el minuto 60 y un momento decisivo. La pena máxima era para Messi, que lanzó sin colocación. Courtois adivinó la dirección y frustró la mayor ocasión de los parisinos.

Poco después, el astro argentino generó un suspiro de lamento en la grada cuando, en un rechace, se quedó el balón para jugarlo, con lo que impidió un remate franco de un compañero que llegaba lanzado para disparar.

La salida al terreno de juego de su amigo Neymar animó algo a Messi, que combinó mejor en ataque y luchó para intentar redimirse.

Pero ni un lanzamiento de una falta muy peligrosa, que no vio puerta, le permitió terminar de congraciarse con la grada, que tampoco le castigó.

Mientras tanto, Mbappé prosiguió su “show” particular, aunque en ocasiones pecando de egoísmo en conducciones o disparos sin peligro.

Y cuando parecía que el partido llegaba a su fin, en la última jugada, Kylian protagonizó una última penetración por la izquierda que le dejó solo, gracias a su velocidad, para marcar con un disparo ajustado al palo largo de Courtois.

Quién sabe si este gol de Mbappé en el último suspiro puede decidir la eliminatoria ante el que bien podría ser su equipo la próxima temporada.

Con información de EFE

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